Hoy queridos lectores, les voy a contar la crónica de mi última compra videojueguil, la cual tenía una difícil condición. Les explico, mi hermano y yo somos grandes fans del primer Army Of Two (EA, 2008), y en vista de que se había rebajado el abultado precio de su secuela ,Army Of Two the 40th Day (EA, 2010) a unos asequibles 20 €, pues nos planteamos su compra. Finalmente tras muchos días de indecisión, tal día como hoy en un alarde de decisión, alguna fuerza cósmica, o el simple hecho de querer pasárselo bien, nos impulsó a adquirir este juego.
¿Cuál era el inevitable inconveniente? Que la rebaja de precio estaba en vigor hasta ayer día 11, por lo cual, teníamos un doble reto ante nuestras manos: Por un lado, debíamos localizar el juego en una ciudad no especialmente grande e importante, y dos, hacer un poco de picaresca e intentar comprarlo a 20 € a pesar de que ya está de nuevo oficialmente a su precio normal.
Raudos como gamos, salimos al GAME más cercano de nuestro hogar (véase cercano entre comillas), a pesar del anaranjado e insoportable calor mediterráneo, y ahí recibimos la primera en la frente: Ni rastro del juego. Como para nuestra fortuna existen otras tiendas de videojuegos en la ciudad, se nos ocurrió mirar en un Gamestop no muy lejos de allí, el cual debería realmente titularse “Gameprimo”, porque los precios son tan caros que cualquiera que compra allí es amigo de la cadena. En fin, como iba diciendo, vamos allí, y ¡sorpresa! Ahí estaba el juego, con sus 19,90 € de PVP. Como alma que lleva el diablo, corremos a llevar el juego ante el dependiente, con ánimos de llegar a casa y jugar como niños.
Ahí nos atendía un tipo rudo, que mostraba signos evidentes de no querer trabajar allí, y ese mismo antipático nos daría la segunda en la frente: “No, es que este juego ha sido cambiado de precio hoy”. Total, nos quedábamos sin juego.
Faltos de ánimos, y con las piernas cada vez más resentidas, fuimos como último cartucho a la otra punta de la ciudad, donde existe un centro comercial Carrefour, amén de otro Game y un Divertienda (¿siguen vivos?).
Primero pasamos por el Divertienda. Como era de esperar, ni rastro de juego. Y entonces, en un atisbo de inteligencia, pensé: “vayamos al Carrefour que esta gente no es tan espabilada para los juegos”. Corremos para allá, y gracias a algún ente divino, ahí estaba el juego, precintado, y en caja protectora. Quedaba un último escollo, comprobar que seguía valiendo 20 €. Efectivamente, los seguía valiendo, por lo que nuestra larga y cansina travesía (2 horas andando) llegaba a su fin, y por fin hemos podido reunir a esta secuela con su hermana mayor.
¡A jugar!
Grandes.
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