lunes, 18 de octubre de 2010

Análisis: Painkiller





Hacía tiempo que no escribía un análisis, y hoy, para hacer una excepción, va a tratar sobre un juego de PC (aunque saliera también para Xbox). Hablamos del mítico Painkiller, el cual, si bien ya tuve la ocasión de palparlo de una forma somera allá en el 2004 cuando salió, ha sido ahora curiosamente, 6 añazos después, cuando he podido catarlo en profundidad, gracias a que me fuera regalado por mi novia hará casi un mes (la gran edición de oro de FX, dicho sea de paso, la incluía también la expansión Bat out of Hell).

Seré conciso: Adoro este juego. Nunca he sido un chaval que se haya dejado llevar por el hype, o por las primeras impresiones, de hecho muchas veces tiendo a darle un toque pesimista al asunto, pero este juego, desde su más absoluta sencillez, consiguió encandilarme como pocos juegos de PC lo han hecho. Painkiller demuestra, al menos en mi caso, cómo a veces no hace falta tener una gran historia, ni gráficos ultraimpactantes, ni sonido envolvente para conquistar el corazón de un jugador.
Painkiller representa a nivel jugable lo más básico que te puedes encontrar, el cual se remonta a épocas ochenteras que para muchos guardará mejor recuerdo que las actuales. El objetivo es extremadamente simple, ir de habitación en habitación (en distintos ambientes eso sí), matando a todos los enemigos de la sale de la forma que puedas, y al matarlos a todos, se te desbloqueará la entrada a la siguiente habitación. Clásico. Si bien el juego posee varios jefes de fase y minijefes, y tiene varios pasadizos secretos y objetos que recoger, el juego se resume en eso. Otro añadido es que, por cada enemigo que matas, recoges su alma, y al reunir un cierto número pasas al modo “Rage” en el cual eres poco más o menos un Dios.

Uno de los puntos quizá menos positivos del juego, es que es un poquito escaso en armas, y bastante tacaño, le cuesta bastante darte armas nuevas. Aunque eso se soluciona debido a la inclusión del arma principal, la cual es para mí la mejor arma primaria de un videojuego en toda la historia, junto a la palanca de Gordon Freeman. Este arma posee dos funciones, una, convertirse en una sierra mecánica capaz de llevarse por delante todo lo que toca, y dos, lanzar esta misma sierra hacia el enemigo para lanzarlo por los aires, o engancharla a la pared para crear un hilo destructor. Da igual las veces que juegues, sigue siendo increiblemente satisfactoria de usar.


Painkiller en mi opinión consigue un balance perfecto; puede ser tanto un juego para jugarlo en partidas rápidas y cortas, como para jugarlo durante un buen rato, debido precisamente a su división en habitaciones.
Una cosa que me llama la atención sobremanera de este juego, es que la organización PEGI decidió darle un +16 al juego, cuando los desmembramientos, y la sangre a borbotones está a la orden del día en el juego. Teniendo en cuenta que el Assassins Creed, siendo un juego bastante más suave, tiene un +18, me sorprende que este no lo tenga.

Painkiller hoy en día está tremendamente asequible de precio (de hecho hace pocos días la web GreenManGaming lo estuvo vendiendo por 2,35 € con expansión), y se lo recomiendo a TODO EL MUNDO, especialmente a aquellos jugones en busca de una experiencia arcade rápida y satisfactoria. Eso sí, cuidadito con los requerimientos del juego, puesto que, siendo un juego del 2004, pide unos requisitos ciertamente altos (sobre todo para la época), en mi Msi Wind es injugable, por ejemplo.
Ahora estoy en busca y captura del que para alguna gente es su sucesor espiritual: el Necrovision. Sé que ha estado barato en muchas webs, pero ahora no lo consigo ver en ninguna parte, así que si alguna vez lo véis, ¡avisadme por favor!





En resumen, gran juego este Painkiller. Ah, y por si a alguno le interesa, los gráficos no desmerecen en absoluto a pesar de su edad, sigue siendo un juego bastante “bonito” de ver.


Un saludo a todos.


PD: Este análisis va dedicada a aquella persona, sin la cual no hubiera podido descubrir este juego =)

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