martes, 4 de enero de 2011

Análisis: Planet 51


Hola amigos,

después de acabar el año, y mis premios, volvamos a la rutina habitual de la web. Pero al mismo tiempo, voy a introducir una novedad, y es que voy a hacer....tachán tachán....¡un análisis de una peli!

Sí amigos sí, tras haber dedicado a los videojuegos casi toda la existencia de esta web, hoy quiero dar un cambio de tercio analizando una simpática película que tuve la oportunidad de ver ayer; estamos hablando de Planet 51.

Planet 51, si bien salió el año pasado, me generaba cierta curiosidad por varios motivos, entre ellos, que estaba producida en España (por los creadores de la saga Commandos, curiosamente), porque me encantan las pelis de dibujos, y porque el concepto en sí me parecía simpático, un planeta de aliens en el que el humano es el raro.

Pero lo cierto es que soy consciente de que no estábamos ante una obra maestra (eso se lo dejamos a Pixar), así que me preparé para verla sin especial pretensión, e intentando de alguna forma ponerme en los ojos del chavalín a quien iba dirigido esta película.

Y lo cierto es que no me decepcionó en absoluto. Y no porque sea una gran película, ni porque tenga un gran guión, es porque tiene exactamente lo que busco en este tipo de películas: Diversión.

La película es demencial. Empieza más o menos lenta, además comete el error en mi opinión de no establecer el escenario ni los personajes bien (a mitad de la películas sigues sin tener claro los nombres de los protagonistas), pero a partir de la llegada del humano, el film se sube a una montaña rusa de la que no se baja hasta que aparecen los créditos.

Además, Planet 51 contiene varios amables guiños, como a la saga Alien (bastante claro este), o el obligatorio uso de Así Habló Zaratustra, que ya fue usado con gran acierto en Wall-E, y que vuelve a ser usado de una forma menos brillante pero más humilde en esta película.

Otro punto a favor, es que como buena peli de animación, el mensaje que transmite, si bien está un poco hundido entre tanto “flash”, es positivo, el hecho de que no hay que tener miedo de lo desconocido, y que no hay que dar por hecho que cualquier persona o ente desconocido es hostil. Es un poco como en el corte de Noche y Día de Pixar.

Una cosa que he notado es esta tendencia (casualidad o no), de representar décadas como los ’50 o los ’60 (’50 en este caso), de forma pseudofuturista. Se da en esta peli, se da en los Fallout, se da en Bioshock, etc. En este caso concreto pega bien, porque retrata la época de una forma muy colorista (la película en sí es muy colorista), y resalta los aspectos positivos de la época, obviando como es lógico los varios males.

En fin, por no extenderme, diré que recomiendo ver esta película totalmente, no es quizá merecedora de los 6 € que pudiera costar verla en el cine en su día, pero hoy día, merece totalmente la pena, por si queréis echaros unas risas, y más teniendo en cuenta la pésima calidad del cine de hoy día.

4/5

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