Para describir el aparato del que vamos a hablar rápidamente hoy, parafrasearé al gran Angry Video Game Nerd:
“Imaginad que Sony os viniera un día y dijera “bueno, ahora vamos a sacar un aparato, que si lo conectáis a la PS3, os va a dejar jugar a juegos de la Xbox 360”....HABRÍAN LA HOSTIA DE DEMANDAS JUDICIALES!”
El Expansion Module #1
Pues algo tan impensable hoy día, sucedio a principios de los años 80. En 1982, poco antes del crash del ’83, la empresa Coleco decidió sacar al mercado una nueva videoconsola, la Colecovision. En un mercado que ya de por sí estaba petado de consolas (una de las razones que llevarían al crack), la Colecovision destacaba por mostrar unos gráficos bastante superiores a los del resto de consolas, alcanzando prácticamente la calidad de los arcades de la época. Por poner un ejemplo, comparar el Pac-Man de Atari 2600 con el de la CV sería como comparar un 600 con un Ferrari.
La Colecovision
Pues bien, a algún pez gordo de Coleco se le debió ocurrir la gran idea de incluir puertos de expansión en la consola, para poder añadir a posteriori nuevos periféricos a la consola, como una pistola, volante, etc.
Pues bien, el primer aparato que aprovecharía esos puertos sería nuestro protagonista hoy, sosamente llamado “Expansion Module #1”, el cual no dejaba de ser una especie de 2600 en miniatura. Este aparato habilitaba la posibilidad de jugar con cartuchos de la Atari 2600 en la nueva Colecovision. La idea como tal era impepinable, porque la 2600 ya tenía un catálogo enorme para entonces.
¿Qué pasó? Que como era lógico, Atari montó en cólera y denunció a Coleco. Contra todo pronóstico, Coleco ganaría el caso. ¿Por qué? Porque por alguna razón extrañísima, a Atari se le olvidó o no quiso, patentar su consola Atari 2600. O dicho de otra forma, que cualquier persona, hasta yo si hubiera vivido en aquella época, podría haberme montado mi propia Atari (porque además estaba compuesta de chips y piezas genéricas, nada propietario de Atari), y comercializarla, ya que no tenían el derecho intelectual sobre ella (eventualmente Coleco acabaría sacando su propio clon de la Atari, la Coleco Gemini).
La Coleco Gemini
Total, que a pesar de este éxito judicial, la Colecovision, al igual que prácticamente todas las consolas de la época, se estrellarían un año después, siendo descontinuada en el año 1984, menos de dos años después de su lanzamiento.
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